De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Robbie Williams es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
La belleza de este logotipo se basa en la justa importancia de sus vacíos dentro del cuerpo de la forma.
Robbie Williams basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.