Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
Muhammed (sallahualeyhi ve sellem) es una perfecta muestra de cómo un logotipo se convierte en imagen inconfundible de su marca.
La belleza de este logotipo se basa en la justa importancia de sus vacíos dentro del cuerpo de la forma.
Muhammed (sallahualeyhi ve sellem) cohesiona a la perfección la imagen de un logotipo moderno y a la vez tradicional convirtiéndolo en atemporal.
Muhammed (sallahualeyhi ve sellem) basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Muhammed (sallahualeyhi ve sellem) es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.