Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
Marquise de Sevigne basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Marquise de Sevigne es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.