De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Hilleshog es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
Este logo es producto de las innovaciones tecnológicas que caracterizan el siglo pasado y que tanto han influido en el arte, es hijo y representante de su tiempo.
Hilleshog basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.