De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Eurovision Song Contest 1996 es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
El logo Eurovision Song Contest 1996 está ejecutado con tanta precisión que no resultará jamás un problema colocarlo.
Este logo combina las formas geométricas sin que ello le reste movilidad y ligereza, el resultado es elegante pero fresco.
Eurovision Song Contest 1996 basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.