De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, ACB es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
La belleza de este logotipo se basa en la justa importancia de sus vacíos dentro del cuerpo de la forma.
ACB basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.