Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
Studebaker cohesiona a la perfección la imagen de un logotipo moderno y a la vez tradicional convirtiéndolo en atemporal.
De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Studebaker es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.